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sábado, 30 de octubre de 2010

Vinculo entre Freire y Tadeu Da Silva

Tadeu Da Silva plantea dos lugares que cuestionan el proyecto educativo moderno:
·           El cuestionamiento posmodernista y posestructuralista  donde “…la existencia de un sujeto esencial, centrado y unitario, las narrativas de la razón y del progreso, el ideal de emancipación y autonomía…”[1] son el eje principal.
·           Y la arremetida neoliberal a las bases y justificaciones modernas de la escuela pública “…producido por el modernismos y por el iluminismo…”[2]
Dentro de la corriente posestructuralista es posible identificar diversos abordajes. Podemos plantear que los mismos tienen en común el hecho de intentar una desconstrucción y desnaturalización de las categorías con que las disciplinas comprendieron el mundo y sus objetos de estudio o de intervención.
La crítica posmoderna que cuestiona el presupuesto fundacional de la modernidad, con respecto a la existencia de criterios universales que posibilitan la determinación de “la verdad” es su eje principal. Lo que cuestiona es la posibilidad de construir grandes narrativas, explicaciones universalizantes y totalizadoras que, en un afán de orden, clasificación y control, den cuenta a las leyes naturales del funcionamiento del mundo y de la sociedad. Todo conocimiento es parcial y es producto de las posibilidades que brinda el contexto socio-histórico. En el centro de la crítica a estos supuestos epistemológicos de la modernidad está el cuestionamiento del lenguaje como expresión de lo real y la evidencia de la imposibilidad de acceso a lo real sin mediación del lenguaje. Esta centralidad del análisis del lenguaje muestra el dislocamiento paradigmático que implicó el posmodernismo: del paradigma de la conciencia al paradigma del lenguaje. El cuestionamiento de los criterios de “la verdad” del conocimiento se relacionan también con el desdibujamiento de la división entre la cultura de elite y baja cultura, y con la vinculación de saber y poder. Al cuestionar la neutralidad valorativa del conocimiento pierde legitimidad la primera oposición, y se pone en evidencia la vinculación del saber con las relaciones de poder, en tanto se desarticula la idea de la transparencia del lenguaje. Para lograr disciplinar a la sociedad “se necesita” legitimizar el saber disciplinario para poder conocer y controlar al “cuerpo social”.
Otro de los ejes de la crítica posmodernista es el descubrimiento del proceso de construcción social del sujeto. El sujeto solo existe como resultado de los mecanismos discursivos y lingüísticos que lo construyen para poder construir a un sujeto social e histórico, con las características de la época histórica en que esté inmerso.
En su momento, Foucault desarrollaba algo similar, el disciplinamiento de la sociedad, además de construir operaciones de control sobre los sujetos en instituciones de secuestro, posibilitó la generación de conocimientos sobre el hombre y la sociedad, dio origen a las ciencias sociales que generaron conocimientos sobre el hombre y que a su vez posibilitaron nuevas estrategias de control. Por eso mismo hay un cuestionamiento a las ciencias humanas como expresión de una forma de saber/poder y a la posición de los intelectuales que están inmersos en esos campos científicos.
Según Tadeu Da Silva el “La educación ha constituido uno de los blancos prioritarios del asalto neoliberal a las instituciones sociales inclusivas del moderno Estado capitalista”[3]. En el marco de una reforma de las funciones del estado en función a los problemas de gobernabilidad, el derecho a la educación se transformaría así en el consumo de “un bien” adquisitivo para el que lo pueda comprar. Esto implica un transferencia de la educación pública a una esfera privada, donde lo que se quiere como objetivos es la adquisición de sujetos de mercado, con un ámbito de trabajo modificado por la reingeniería y por las nuevas técnicas de gerencia.
Podríamos decir que Freire entiende a la educación desde una perspectiva antropológica, como un proyecto que se articula con la humanización. Su idea  es la diferenciación del hombre de la naturaleza y de la educación como proceso de humanización. Para él, la educación no es domesticación. Pero la educación bancaria, como la define, pone al sujeto en lugar de objeto, el conocimiento es una “verdad dada”, congelada y estática, y la educación es un acto de transferencia de éstos depósitos. La formación de un hombre deseado para una sociedad deseada, podría pensarse como la utopía pedagógica central de la modernidad.
Paulo Freire realiza una propuesta pedagógica muy crítica del sistema capitalista, establece bases para una educación al servicio de la liberación revolucionaria: la educación popular. Por eso, los ideales de la educación universal (que pretendía alcanzar a todos los individuos por igual, ignorando las diferencias culturales) comenzaron a cuestionar lo propuesto a mediados del siglo XX. Aquí prevalecía el analfabetismo, la deserción y la repitiencia, la incidencia de los factores culturales en el bajo rendimiento escolar, etc. La responsabilidad del fracaso escolar era de “la escuela”. Por eso pretende romper con las formas organizativas tradicionales, pone en oposición a la cultura oficial y a la cultura popular. El trabajo de Freire no es el único pero sí el más completo y por ello se toma como referencia del período.
El planteo pedagógico de Freire tiene dos miradas sobre la educación, por un lado plantea que se puede reconocer esa domesticación del alumno como opresión, donde se advierte la relatividad de dónde esta ubicado el educador reconociendo la parcialidad de su discurso. Por otro lado la educación bancaria es solo una posibilidad  de vinculación entre el educador y el alumno, por eso no es la única. Si bien la educación puede estar al servicio de la dominación y la domesticación, también puede estar al servicio de la liberación de los hombres, esta liberación daría la posibilidad a que los “oprimidos” sean sujetos para sí mismos y no seres para “otros”.  Estos oprimidos serían el contexto de la producción teórica y de la práctica educativa de Freire, donde define su acción pedagógica como “pedagogía del oprimido”.
La propuesta de Freire (la Educación problematizadora), supera este modelo bancario modificando el sistema unidireccional, donde el diálogo es inexistente. Educador y educando, no ya en situación de opresor y oprimido, se educan mutuamente a través del diálogo a fin de producir el conocimiento reflexionado sobre la realidad que transformarán. El conocimiento no será una mera abstracción, porque el hombre debe ser comprendido en función de su relación con el mundo. Aquí quiebran los argumentos de autoridad para lograr la educación liberadora.
Para que esto suceda, la educación “problematizadora o liberadora” no ve a los hombres como conciencias vacías que hay que llenar, sino como seres que están siendo “en” el mundo, “con” el mundo y “con” los otros. El conocer debe ser un acto creador en que los hombres mediaticen su lugar en el mundo a partir del diálogo y de la comunicación
No podemos articular a Freire y a Tadeu Da Silva en un paradigma único, pero podemos identificar preocupaciones que tiene en común.
Existe consenso en entender a los procesos, relaciones y prácticas educativas predeterminados por la estructura social, económica y cultural donde están inmersos y tienen sentido, asegurando una autonomía que da lugar a conflictos, oposiciones, resistencias y/o luchas de los actores educativos.
La perspectiva de la educación, de la pedagogía y del currículo debe observar, comparar, identificar, discutir y redefinir los distintos recursos y estrategias de inclusión educativa para evitar el riesgo de la desigualdad educativa de los alumnos que son el sujeto de derecho de las políticas educativas. Estas deben articular la clásica y necesaria función de socialización con la preservación y valoración de la diversidad de la cultura y desigualdad social.
Creemos que este nuevo escenario de los sistemas educativos debe leerse en nuevas políticas en relación a la socialización que hace posible la convivencia de las diferencias y a la definición del conjunto de conocimientos que forman parte de la cultura básica y común de los sujetos de una comunidad, la sociedad.




[1] Tadeu Da Silva, Tomaz: “El proyecto educacional moderno ¿Identidad Terminal? P nº 2
[2] Tadeu Da Silva, Tomaz :op. Cit p nº 2
[3] Tadeu Da Silva, Tomaz :op. Cit p nº 5



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